"Tened siempre el ojo del espíritu vivo y atento para reconocer a 'los recién llegados'. Cuando los hayáis reconocido, aplastad la cabeza de la serpiente con la contradicción al tiempo que llamáis a Cristo gimiendo. Así tomaréis conciencia de la ayuda invisible y percibiréis claramente la rectitud de vuestro corazón."
La Filocalia, Hesiquio de Batos